miércoles, 27 de marzo de 2013

IN JUS TI CIA




Qué tal vecinos y vecinas...

Llevaba tiempo sin asomarme al balcón, mucho lío, muchas rapaces sobrevolando mi cabeza ahondando en el pensar y en el discurrir de mi vida y de lo que me rodea.

Son momentos de claros-oscuros, y en todos los sentidos, pues el tiempo, el clima, tampoco nos da respiro, y por momentos cuando truena y se raja el cielo en dos por un relámpago con forma de estilete, me acuerdo de aquellas plagas bíblicas, o de aquel apocalipsis anunciado por enormes trompetas. Entonces me paro y respiro hondo, y recuerdo que, aparte de buitres carroñeros, dentro de las rapaces también existen los halcones peregrinos y los cernícalos, aves sutiles que hacen de la excelencia y el equilibrio su forma de vida. Y otra vez veo el vaso medio lleno.

Yo soy de flores y colores, ya me conocéis, soy de apasionarme con lo más mínimo y de llorar y reír por algo simple. Soy de vivir.

Pero también tengo este lado oscuro, esta sombra que todos tenemos para equilibrar lo condición humana, esa sombra que da brillo al gen de las personas y que nos hacen ser tan especiales.

Mi sombra es la rebeldía, es el activismo, es la critica. Inconformista y con un problema claro, creo en la bondad de los hombres y las mujeres, y la espero y reclamo cada día.

Iluso verdad...!!, pero eso para mi es la sal y el azúcar de la vida.

Vivimos tiempos convulsos por culpa de los despropósitos de unos pocos. Aquí, ahora, en este momento que me ha tocado vivir, me decepciona que estos pocos sean capaces de aprovecharse de la bondad de otros muchos.

Esta situación de crisis que padecemos por culpa de esos pocos nos ha llevado a un estado de desidia colectiva. Y mi desidia me puede llevar tan solo: a no comprar unos pantalones; a no comprar un coche; a no ir con mis hijos al cine; a no ir a una manifestación; a esperar en el escalón de mi casa, a que pase el tiempo, hora tras hora....acciones al fin y al cabo sin más repercusión en el transito de la historia.

Pero hay acciones, o mejor dicho, in-acciones que si son capaces de mover el viento a su antojo, y ese es el problema.

Hay una falta grave de responsabilidad y aportación de esas gentes de buena fe, que también se ocultan en ese manto gélido que es el abandono de la ética, la moral y el civismo, y lo digo de esas gentes que sus acciones, o mejor dicho, sus in-acciones si repercuten en el transito y el devenir de nuestra historia presente. Me refiero a la justicia.

La justicia en su más amplio sentido. Desde los jueces, hasta el momento moral de cada uno para diferenciar lo justo de lo injusto, el bien del mal, la verdad de la mentira.

Al Sr. o la Sra. Juez los acuso de no tomar parte en la justicia del día a día. En consentir que la vida del ciudadano/na – bondadosos en su mayoría - termine envuelta en una maraña jurídica sin sentido, apocándonos muchas veces en un desenlace fatídico por culpa de una mala interpretación puntual de un punto o una coma concreta de esta ley, o de un descuido accidental que revierte el caso y un instante lo negro pasa a ser blanco, y la vida se pone del revés.

Y hablo de que el Sr. o la Sra. Juez viven muy protegidos en las leyes, cobijados en sus renglones, ocultos tras las palabras que forma la ley o el artículo. Tanto que no ejecutan criterio alguno del desenlace del echo cuando les llegan a sus manos.

Ellos consienten o permiten que abogados y fiscales deambulen por la ley y las leyes sin prejuicios alguno y con total impunidad.

Estos señores/as aparte de maltratar las leyes, llevan la mentira y la maldad a un estado legal y se jactan de ellos, e hinchan sus barrigas y bolsillos. Y nosotros, simples ciudadanos/as lo permitimos, por nuestra bondad, bondad de la que ellos se aprovechan.

Nos costó asimilar la sanción, la reprimenda, la tarjeta al jugador de fútbol que fingía en su beneficio una falta o un penalti, es más, alabábamos a este tipo de jugador por su picaresca, por sus mentiras, y aún así nos costó aceptar y asimilar esta acción sancionadora por parte del arbitro, pero ganó el fútbol, ganó el espectáculo y perdió la fullería. Ahí es donde quiero llegar queridos vecinos/as.

Los malhechores no se pueden escudar en la ley, los jueces deben estar ahí para proteger que eso no pase, no lo pueden consentir.

La familia, los padres de Marta del Castillo deben saber donde está el cuerpo de su hija, los jueces están obligados a averiguar esto.

Yo, un ciudadano normal, que cada mañana salgo a trabajar, pago los impuestos, intento inculcar a mis hijos en una vida de respeto y de libertad, que procuro que crean en la igualdad de los derechos de todas las personas, que les enseño nuestras obligaciones y deberes como ciudadanos cívicos. Yo sé, que en la calle andan sueltos ladrones imputados en más de cien delitos, y siguen y viven en esa misma vida que mis hijos, y no encuentro la excusa o el porqué de esta circunstancia.

Es ahí donde le recrimino a los jueces que permitan a esa gente que no respeta la ley, vivan en la misma vida que mis hijo.

Tienen que sancionar al abogado/a, estos no están para ocultar los desfalcos de sus clientes corruptos y estafadores. Un abogado/a no puede aprovecharse de las leyes para proteger a todo aquel que está incumpliendo la ley. Los jueces no se pueden ocultar dentro de la ley para desahuciar a una señora, suegra del asesino de su hija y que por culpa de este asesino la van echar de su casa, su casa de toda la vida, casa donde nació su hija y en la que ella vivirá de luto para el resto de sus días, por culpa un desgraciado aprovechado del sistema penal.

Les pido que protegan las leyes, y sobretodo a las personas - que en su mayoría son bondadosas, que no se les olvide -.

Yo, desde mi humilde sillón, al cobijo de las enaguas de una mesa camilla, cómo una gran mayoría de personas en este momento, no me ofrece ninguna credibilidad o respeto escuchar la sentencia de los trescientos treinta años de condena al señor que abusó de cientos de menores en un centro deportivo, saldrá pronto de la cárcel, antes que ese joven salga de su trauma. También sé que el político corrupto al entrar por las puertas principales del juzgado, acusado de robar dinero público y rodeado de medios mediocres y sedientos de miseria, saldrá de puntillas por la puerta trasera e impune de esos delitos. O que de nada sirven los mil años de condena que a un señor o señora que un momento dado se otorgaron con el derecho de sesgar una vida bajo las siglas de ETA. Sé, desde este humilde sillón que más de veinte años no van a estar encarcelados, que hay casos que el terrorista pagará menos de un año de prisión por vida asesinada.

Y es seguro que los familiares de estas victimas, o las victimas propias, seguramente cumplirán cadena perpetua en sus corazones.

Pero eso no importa, porque nuestras leyes está preparada para la reinserción del que delinque, y no para las victimas y su dolor, para eso, para eso no estamos preparados. Y lo pero de todo es, que el infractor lo sabe, y se aprovecha.

Sr. y Sra. Juez, sáquenle tarjeta amarilla a ese abogado por decir que el alcohol que llevaba en sangre el Sr. Ortega Cano, correspondía a la cura que le procuraron en urgencias. No, no es justo, no pueden escudarse en eso.

Casos hay miles, y casi todos sangrantes, ya lo sabemos. Mi desidia afecta en la compra o no de un pantalón vaquero, pero la suya la de estos magistrados, dejan cicatrices en las entrañas de la sociedad. Hunden la moral de muchos de los que nos aferramos a la justicia como un medio igualitario, como un estamento donde la verdad está por encima de todo. Pero últimamente, con estas corruptelas por parte de degenerados que se hacen llamar políticos, por los asesinatos sin condenas justas, por la apatía de los magistrados/as en las resoluciones de estos casos tan sangrantes, está convicción, este baluarte está dejando de ser un cimiento solido en nuestra evolución social, y es ahí donde volvemos a fallar.

Hago un llamamiento, y quizás sea de los últimos de este tipo que hago desde este balcón, pues estoy un poco cansado y harto de esta crisis, de esta desidia y quiero volver a recuperar aquella mirada de vigía que busca el país de nunca jamás con anhelo.

Por favor, formar parte de donde estáis, activar ese grano de arena que ará mover este país hacia un lugar mejor.

Los jueces que protejan la ley por encima de todo, que nadie se escude en ella para hacernos más indefensos, que cambien las leyes si es preciso, ellos deben ser los promotores de estas decisiones, no unos políticos que están de paso, no unos banqueros con un ejercito de abogados capaces de lo que sea por dinero, que defiendan la ley como si fuera su alma.

Qué un médico luche por su vocación, que ningún o ninguna don nadie les hable de la rentabilidad o perdidas financieras del cuerpo humano. Cuando un paciente vive un días más, ya está amortizado todo el dinero invertido y ellos lo saben perfectamente, lucharon, estudiaron y fueron los mejores para realizar ese milagro, aunque intenten hacérselo olvidar.

Que al profesor/a no le enseñen a sumar perdidas o ganancias desde un estamento de educación, cultura y deporte. Qué tendrá que ver churras y merinas..!!. Enséñenles ustedes, no permitan que degraden su oficio a simple mercadería, son muy importantes para esta sociedad, ustedes muestran a los ojos de nuestros pequeños, la libertad.

Este es mi llamamiento en esta noche, otra vez lluviosa y tormentosa, como si alguien desde cielo nos advirtiera que lo estamos haciendo mal. Si, yo creo que la luna y el sol llevan meses sin dejarse ver, creo que nos castigan por nuestros pecados. Yo, por si acaso, procuraré pintar de colores cada minuto que pasa por mis ojos. Al menos, me llevaré eso.
Besos y abrazos, y ustedes como siempre, se los reparten a su antojo, no se amontonen ni hagan colas infinitas, ya saben que hay para todos y todas.