viernes, 3 de mayo de 2013

CONTANDO 60 MINUTOS

Vaya, la lluvia me persigue vecinos y vecinas, y eso que el sol lleva todo el día ahí como un martillo percutor, pero la tarde se ha puesto fea, peor que la encuesta de la EPA con el gobierno y la monarquía. He salido ha colgar esto en mi balcón, y me he mojado y creo que esta vez si eran lágrimas del cielo. Bueno lo dejaremos que llore, que se desahogue el pobre, a mí ya me duele tanto la conciencia y la vergüenza por esta situación en la que vivimos. Yo a lo mío, a contaros un cuento.....


  Un café en soledad, a los treinta minutos, amarga. Después de una hora, envenena el corazón y te dura toda una vida.

Lo conoció una tarde de paraguas y aguaceros.

Sus dedos secaron aquellas gotas de lluvia sobre sus mejillas, y Laura, sin saber porqué, se enamoró al instante.

A la tercera tarde él conocía el olor de las sábanas de Laura.

Fueron meses de ramilletes de flores. De paseos infinitos por las callejas húmedas y sombrías del centro de la ciudad, pero a cada paso que daban, aquellos viejos adoquines, se iluminaban como un amanecer.
Las horas pasaban largas, envueltas en ricos diálogos, en piropos y ensoñaciones de un futuro inmediato, futuro rodeado de olor a leña en el salón, de talco para bebes, de periódicos los domingos. Fueron noches de placer y de amaneceres de despedidas.


Antón, cada mañana, traía tres barras de pan y una botella de leche fresca a la cocina de su casa, y con el cuarto de mantequilla que Sofie compraba la tarde anterior, Antón preparaba las mejores tostadas del mundo a sus hijos.


A Sofie ya no le quedan lágrimas. Tiene mordidos todos los pañuelos de su ajuar, por rabia, por resignación. Todas las noches abraza la almohada de Antón y desde hace tiempo sabe, que su marido cada noche, abraza a otra mujer.


“ a las cuatro y media de la tarde en la cafetería de la estación del ferrocarril. Si no llego una hora después, le acompaño en el sentimiento señora”


Eso se leía en la nota que le dejó esa mañana en el buzón a Sofie el asesino a sueldo que contrató....

 
 
 
 

                                          EDWARD HOPPER
 
 Porque hay algo que no se aprende en las Escuelas de Bellas Artes y eso es mostrar “el alma” del cuadro hasta despertar en el espectador las emociones. Eso es algo difícil de aprender. Es un don que se posee o no se posee y Hopper era el maestro en ese Arte.

 
Que os ha parecido..??, digo eso de: y fueron felices y comieron........no, lo dejaremos para esos cuentos de princesas y príncipes encantados.
 
Feliz noche. Y si no nos vemos, Felicidades a las mamás, que el domingo es su día, y ese es un gran día para celebrar.
Y por favor, no se amontonen. Besos y abrazos para todos y todas, e insisto, que hay para todos y todas...jejeje.