domingo, 14 de septiembre de 2014

RADICALES

           

Han pasado un millón y medio de parados. Han pasado fraudes por subvenciones a dedo, y subsidios al mejor jamón de regalo. Han pasado cursos formativos para trabajadores mal informados de que ese curso era la manera más válida para desvalijar las arcas de nuestra autonomía. Ha pasado que mi ciudad y provincia esté en la cabeza del paro, del desempleo juvenil, y los primeros del déficit público del estado español. Han pasado 35 años para que me digan hace una hora, que “ya vamos a cambiar, que vamos hacerlo bien, que los malos son muy malos y nosotros somos muy buenos…” me lo acaban de decir entre vítores y aplausos hace unos minutos.

Ha pasado que han cambiado el poder judicial por el antojo de unos pocos. Han pasado de los trabajadores y de sus derechos sin más explicaciones. Han dilapidado los recursos sociales, culturales y democráticos porque si, y echándome la culpa a mí de todo. Han vuelto a remover el miedo del pueblo. Ha pasado un Barcenas, un Gurtel y un instituto Noos. Han vuelto a blandir banderas para recordarnos el miedo. Han vuelto a tratar al pueblo español como si fuéramos  niños pequeños e irresponsables incapaces de tener decisión y criterio. Han vuelto hombres feos y con un grave problema de ego a decidir sobre el cuerpo y la mente de la mujer. Han subido la luz, la gasolina, el agua, el pan y la harina. Han bajado el sueldo, la autoestima y la voz del pueblo. Han abofeteado la cara de la sociedad con un guante de acero. Han robado, evadido, defraudado, manipulado, gobernado con autoritarismo y se han creado una forma de vida impune y sobre-elevada  a costa de la mayoría del pueblo dócil y respetuoso. Ha vuelto la iglesia repicando campanas. Han vuelto a echarme la culpa de vivir por encima de mis posibilidades, después de pagarles todos los impuestos abusivos. Ha saltado gente desde sus balcones avergonzadas por un desahucio injusto. Ha vuelto a ganar la banca, la banca siempre gana. Han vuelto a poner de moda la maleta del emigrante español. Ha vuelto la vendimia francesa y el barrer la terraza de un bar en Berlín. Han vuelto a no dejarnos decidir. Han vuelto a separar a España en fronteras, idiomas y banderas. Y de nuevo, han vuelto a echarme la culpa de todo. Ha vuelto Pujol, Aguirre, González. Han vuelto a implantar el miedo. Ha vuelto a ser un lujo la sanidad y ha vuelto a ser una doctrina la educación.
Ha pasado, qué no sé lo que pasará con el futuro de mis hijos.

Y hoy, a plena luz del día, entre micrófonos y noticiarios locales, autonómicos y estatales, estos mismos personajes que han conjugado el verbo “hacer” a su antojo durante los últimos cuarenta años. Me han llamado a mí….

                 RADICAL.